"... Pobres, ricos, famosos, obreros, nobles… todo el mundo quería que la Meiga de Torbeo les ayudara a curarse de un mal, a encontrar un tesoro o a conocer su futuro."

A continuación recogemos un reciente articulo sobre Filomena publicado por IVÁN FERNÁNDEZ AMIL en www.elespanol.com 

Al pie del Monte Parnaso, una montaña cortada por profundas e inaccesibles gargantas, se encontraba uno de los centros religiosos más extraordinarios del mundo griego: El Templo de Apolo. Allí se encontraba el Oráculo de Delfos, el más importantes de todos los oráculos de Grecia, al que acudían Reyes, Emperadores y las figuras más poderosas de la época para conocer su futuro. Con sus predicciones se forjaban alianzas, se derrocaban gobiernos y se iniciaban guerras. A lo largo de la historia ha habido muchos oráculos y adivinos: Nostradamus, Casandra, Rasputín…

En Galicia también tuvimos nuestro propio oráculo. Una mujer a la que acudían desde todos los rincones de la Península Ibérica para escuchar sus vaticinios. Una mujer considerada bruja, meiga, demoníaca, curandera, poseída… Su nombre era Filomena Arias Armesto y fue, simplemente, una mujer extraordinaria. Esta es la historia de la “Sabia de Torbeo”.

Filomena nacía en la mágica Ribeira Sacra, en la parroquia de Torbeo, en el Municipio de Ribas de Sil, en la Provincia de Lugo, en el año 1865. Su vida era como la de otras mujeres en el profundo rural gallego, dedicadas a trabajar y cuidar de la familia. Lo máximo a lo que podían aspirar estas jóvenes era a encontrar un buen marido y tener hijos a los que cuidar.

Así transcurría su vida hasta una tarde en la que todo cambió.

La joven formaba parte de un “fiadeiro” en casa de una vecina. Los “fiadeiros” eran reuniones de mujeres en las que hilaban el lino o la lana, cardaban, cantaban y/o rezaban mientras se contaban historias y adivinanzas. En resumen, eran reuniones para pasar el rato intentado divertirse.

                                    Fiadiero”. http://bembibrevianadobolo.blogspot.com

Durante el transcurso de uno de estos “fiadeiros” Filomena salió a beber de una fuente cercana próxima a la casa en la que se encontraba. Cuando volvió ya no era la misma. Se golpeaba la cabeza contra las paredes, ladraba y sufría convulsiones en lo que parecía, con casi total seguridad, un ataque epiléptico.

Estado actual de la fuente en la que supuestamente bebió Filomena. https://www.torbeo.com/

Desgraciadamente, esos episodios se repetían periódicamente y, hace más de 100 años, la epilepsia no era una enfermedad sino obra del diablo, así que se decidió llamar al cura del pueblo que aseguró, como no podía ser de otra manera, que Filomena estaba poseída por el demonio y que había que practicarle un exorcismo.

                                        Scena di esorcismo”. https://www.dimanoinmano.it

El ritual se llevó a cabo en el exterior de la iglesia de la parroquia ya que, según decían los vecinos, Filomena se resistía a entrar en el templo, otra prueba más de la obra del diablo. Las crónicas nos cuentan que Filomena tenía en su interior cinco demonios, de los cuales el sacerdote tan solo pudo expulsar a dos por la boca y manifestados con forma de perro. Los tres demonios restantes eran considerados el origen de los trances en los que Filomena manifestaba sus poderes de adivinación y curación en todo su esplendor.

                                    Iglesia de Santa María de Torbeo. https://es.wikipedia.org

Filomena decidió usar su don para hacer el bien, por lo que comenzó a recibir a gente que necesitaba su ayuda, por la que nunca cobraba. Cuando entraba en trance permanecía tumbada en cama y ladraba durante varios minutos. Tras terminar el episodio atendía las consultas que, normalmente, no necesitaban ni preguntar, ya que Filomena ya sabía por qué acudían a ella.

Su capacidad de predicción era extraordinaria por lo que su fama se extendió de tal manera que era visitada por personas de todos los rincones de la Península. Pobres, ricos, famosos, obreros, nobles… todo el mundo quería que la Meiga de Torbeo les ayudara a curarse de un mal, a encontrar un tesoro o a conocer su futuro.

Tras la Guerra Civil, perdió todo su prestigio debido a un solo error, ya que había vaticinado que los Republicanos la ganarían, y se trasladó a Monforte. Antes de morir pidió ser llevada de nuevo a su pueblo, pero no llegaría a tiempo. El 23 de abril de 1938 moría mientras era trasladada, a la altura de la parroquia de Rairos, ya en el Ayuntamiento de Ribas de Sil, donde sería enterrada.

                                        Puente de Rairos. https://www.torbeo.com

Quizá si todo lo ocurrido hubiera pasado dentro de un convento hoy sería considerada una Santa. Si además hubiera sido un hombre sería considerado un profeta o un adivino, en vez de una meiga o una bruja. Pero Filomena tan solo era una mujer de un pueblo rural de Galicia con una enfermedad y, posiblemente, con un don que hizo de ella una persona singular y fuera de lo común, una mujer extraordinaria. Otra más…

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