JOSÉ DE CORA (1) www.El Progreso.es 04/ABR./19 110 lucenses singulares De Filomena quedará para siempre el misterio sobre los límites y el origen de sus poderes, porque nadie de quienes la conocen en el ejercicio de sus sapiencias duda de que ella fue extraordinaria, —lisa y llanamente dicho—, un ser singular y fuera de lo común. Solo así se explica que su casa de Torbeo concite durante años la visita de gentes llegadas de cerca y lejos; de Castilla, León, Asturias o de Portugal. La fama de sus curaciones, de sus visiones y predicciones, la llevan a ser un nuevo oráculo de Delfos al que acudir en busca de respuestas que se producen tras el mal que le afecta con regularidad relojera. Se llama mal a esas convulsiones que le hacen traspasar la frontera de la percepción, ¿pero hacia dónde? Los observadores, testigos y estudiosos de Filomena coinciden en señalar que durante sus años mozos es una más de entre las mujeres de Torbeo, con los pies sucios, las zocas rotas cada cie