La Navidad en Torbeo…
Este año con
muchas ausencias. Y es que cada vez hay menos vecinos, este
invierno un recuento somero indica que hay en el pueblo menos de sesenta
“almas”. Unos aprovechan para ir de
vacaciones a climas mas cálidos, otros a pasar las fiestas con hijos, padres o
hermanos…el caso es que las reuniones en la cantina, por la tarde, son mas reducidas cada año. Y digo la cantina, en singular, porque solo esta abierta habitualmente la del
Caravillo, pues en Las Moreiras operaron a Odulia y está todavía recuperándose.
Desde aquí le deseamos un buen año a unos y otros y que puedan seguir prestando el “servicio publico” en que se han convertido ambos lugares, hoy centros de reunión
de los vecinos, casi únicos si excluimos la iglesia que es, sin lugar a duda, donde se
concentra con “demasiada frecuencia” (normalmente por sepelios) la mayor parte
del pueblo y aledaños.
Desde hace
tiempo oímos y leemos que “o rural esta morrendo”. Ahora se
puede afirmar que “non esta morrendo, esta morto”. Nuestras aldeas se van quedando
despobladas y ver niños o jóvenes se ha convertido ya en una rareza. La mayor
fuente de generación de empleo que fueron la ganadería y la agricultura están reducidas a la mínima expresión; la globalización, la Política Agraria
Comunitaria (PAC) y otras políticas que desde hace casi un siglo dirigieron con distintos mecanismos a la gente
hacia las ciudades, han acabado con el mundo rural en esencia. La PAC , que tenia entre sus primeros
objetivos fundacionales “Garantizar un
nivel de vida equitativo a la población agrícola, en especial, mediante el
aumento de la renta individual de los que trabajan en la agricultura” y por lo
tanto fijar la población en el medio rural, ha conseguido, años después de
dedicar al campo ingentes fondos económicos (llegó a suponer el 66 % del total de los gastos de la UE ), todo lo contrario; “En solo dos décadas han desaparecido 40.000 explotaciones por la escasa
rentabilidad del negocio” (http://www.lavozdegalicia.es
12 de marzo de 2016). Las ayudas en función de la superficie o del número de
cabezas de ganado, como se han venido otorgando, sin ningún factor de
corrección que beneficiase al pequeño agricultor/ganadero, a primado a las
grandes explotaciones en detrimento de las pequeñas. Y si vemos los datos del
INE sobre evolución de la población, comprobamos que en la inmensa mayoría de los pueblos de
Galicia el descenso de habitantes es alarmante. En Torbeo hemos pasado de los
200 hab. de 2000/2001 a los 95 de 2015, en el ayuntamiento de 1463 a 1000 en el mismo
periodo. Si la tendencia se mantiene, y no hay motivos que auguren lo contrario,
nuestro parroquia (y el ayuntamiento) será o ya es “residencia de verano para
jubilados” que hoy son más del 90 % de
la población. Los esfuerzos y fondos dirigidos al desarrollo “turístico” de la
zona han tenido escasa traducción en empleos y en muchos casos las inversiones
se hicieron, como hemos recordado aquí en mas de una ocasión, sin concluir el
proyecto o ignorando el uso y gestión posterior o sencillamente no sirvieron
para nada y ejemplos hay unos cuantos.
Por otra parte quienes en
algún momento, como consecuencia de las crecientes dificultades para sobrevivir
con cierta dignidad en las ciudades, pretendiesen volver de nuevo al pueblo se
encontrarían con fincas abandonadas e irrecuperables en la mayoría de los
casos, con edificaciones derruidas y con administraciones poco ágiles a la hora
de favorecer iniciativas empresariales o muy especializadas en pedir papeles.
Que
cada uno, si apetece, medite sobre la cuestión y saque conclusiones. Es
posible que haya análisis optimistas y por lo tanto pueda predecirse un futuro con más “vida” para
nuestro pueblo, más esperanzador. Sería lo deseable.
QUE EL AÑO NUEVO DE LA RAZÓN A LOS OPTIMISTAS Y QUE EN TORBEO SE
INICIE LA RECUPERACIÓN DEL ESPLENDOR PASADO.
¡OS DESEO A TODOS UN BUEN AÑO!