Después del quince y el dieciséis, llego el calor, un par de días pasamos de los treinta grados y eso aquí no es lo habitual y claro, ayer, después de tres días de nubes, lloviznas y temperaturas agradables vino la lluvia de verdad, unas cuantas horas de agua que el campo agradecerá y los de la Ribeira, en Quiroga, maldecirán o casi, pues el segundo dia del San Bartolomé y su verbena, mojada no es lo mismo; nunca llueve a gusto de todos…
Ya se acerca el final de agosto y se nota en Torbeo; menos gente paseando por la carretera y los caminos, menos niños, pocas partidas y corros en las cantinas, en fin; que la mayoría de los que nos apuntamos a pasar el agosto aquí, tendremos que volver a contar de nuevo los meses que faltan para volver el próximo año, o para la navidad o para la escapada del fin de semana…así es.
Con la rapidez con que lo hicieron todo, los amigos de la comisión de fiestas ya han hecho públicas las cuentas de las fiestas (estan expuestas en la cantina del Carballiño), con detalle, euro a euro recaudado y gastado, esto es trasparencia. El balance final; casi 10.000 € de gastos (las orquestas 9.000 € y 400 los gaiteiros) y 11.300 de ingresos, más de 1.300 € de saldo positivo que se acumulan a la cuenta de años anteriores.
Ha sido un verano tranquilo; agosto empezo con el bautizo de una preciosa niña, hija de Domingo (Chomin), con niños y muchachos “poliglotas” (los hay aquí que hablan francés, castellano y gallego, o catalán, ingles y gallego, o…) correteando por el pueblo, las fiestas que se han celebrado con la alegría y la normalidad que requieren esos días y si es cierto que, en los primeros meses de este mismo año, nos habían dejado la señora Ubalda (Lamadepayo) y la señora Juanita (Las Pozas), dos queridas y casi centenarias vecinas de Torbeo, ha prevalecido a la tristeza por su ausencia, la serena tranquilidad del recuerdo de dos personas especialmente buenas y alegres que permanecerán por tiempo en nuestra memoria. Tampoco olvidamos a otros vecinos que como Luisa (del Asturiano) o Pepe su marido, no han podido estar aquí por razones ajenas a su voluntad, para todos ellos nuestros mejores deseos y nuestro afecto.