Por primera vez vemos publicada una oferta de empleo para Torbeo. La castaña es protagonista.
Y es que a un euro el kilo la cosa tiene más atractivo. Y que siga así, en estos tiempos cualquier trabajo o actividad que ayude a la economía personal o familiar es bien recibido.
La castaña despierta el otoño en el concello de Parada de Sil
El año pasado fue una magra cosecha:
apenas pasaron de los 32.000 kilos. Pero un cálido verano y un septiembre que
regaló algunas lluvias elevó a más del doble la recolección de castañas.
Primero fue la
uva y ahora es lacastaña la que moviliza a la población de Parada de Sil, un
municipio en el corazón de la
Ribeira Sacra con alrededor de 700 habitantes repartidos en
nueve parroquias.
Los bosques no
son solo un activo turístico. También un recurso económico que provee, llegado
el otoño, de dos de sus más preciados productos: la castaña y las setas. De
ello obtienen beneficio los vecinos que disponen de fincas. Algunas son
heredadas de antepasados que plantaron los castaños ahora centenarios. Al igual
que en el resto de Galicia, predomina el minifundio.
No obstante, a
diferencia de las pequeñas fincas de viñedo o de labor agrícola, que suelen
estar cerradas, las parcelas del bosque no tienen muros, ni vallas. Eso permite
que el visitante pueda pasear por senderos en los que el bosque se percibe como
un gran espacio , un ecosistema que se extiende a lo largo de cientos de
hectáreas.
En octubre y durante una campaña que suele durar entre cuatro y seis semanas, en nuestro caminar por el monte podremos encontrar jóvenes, pero sobre todo personas mayores, apañando castañas al pie de los árboles. "Este año son muy buenas", comenta una señora que manifiesta una increíble agilidad recogiendo castañas y poniéndolas en un cubo que la acompaña a cada paso que da. Su hijo y su marido están también a la faena. Calculan que en esta cosecha recogerán en torno a los cuatro mil kilos de castañas, que luego venderán a un cliente habitual.
En octubre y durante una campaña que suele durar entre cuatro y seis semanas, en nuestro caminar por el monte podremos encontrar jóvenes, pero sobre todo personas mayores, apañando castañas al pie de los árboles. "Este año son muy buenas", comenta una señora que manifiesta una increíble agilidad recogiendo castañas y poniéndolas en un cubo que la acompaña a cada paso que da. Su hijo y su marido están también a la faena. Calculan que en esta cosecha recogerán en torno a los cuatro mil kilos de castañas, que luego venderán a un cliente habitual.
Sin embargo, la
mayoría prefiere hacer uso de las instalaciones que ha dispuesto el Concello
desde hace ya algunos años en un almacén cercano a la casa consistorial. Allí,
un equipo formado por tres jóvenes manejan las dos máquinas cribadoras que
seleccionan las castañas en función de su tamaño,lo que permite venderlas a
mejor precio a un almacenista del Bierzo que todos los años viene a comprarlas.
La cosecha de este año será buena: se estima que llegarán a los 75.000 kilos, una cifra que duplica con creces los poco más de 32.000 kilos del año pasado. Los precios rondan entre 1,10 y 1,60 euros, según el calibre de la castaña, así que la campaña, además de dar trabajo durante mes y medio a tres jóvenes en el almacén, supondrá una buena paga extra para los paisanos.
La cosecha de este año será buena: se estima que llegarán a los 75.000 kilos, una cifra que duplica con creces los poco más de 32.000 kilos del año pasado. Los precios rondan entre 1,10 y 1,60 euros, según el calibre de la castaña, así que la campaña, además de dar trabajo durante mes y medio a tres jóvenes en el almacén, supondrá una buena paga extra para los paisanos.
Poco a poco se
van acercando paisanos con sus sacos. Mientras, los senderos se llenan de
excursionistas que se acercan a conocer los impresionantes tesoros que estos 60 kilómetros
cuadrados de la provincia de Ourense esconde entre abismos sobre el Sil y
bosques que nos permitirían viajar en el tiempo hasta la misma Edad Media
en la que Santa Cristina de Ribas de Sil era un monasterio poderoso. www.laregion.es