El Príncipe Hermenerico ... en Torbeo; LOS REYES SUEVOS DE GALICIA



Jose Barros dice del autor; “Benito Vicetto Pérez fue un gran patriota gallego, historiador y poeta romántico que sintió una pasión connatural e innata por su tierra natal, Galicia, considerándola y amándola como a su querida patria; y dejando escritas numerosas historias noveladas, historiográficas, leyendas y poesías gallegas, llenas de vida, misterio, lucha, imaginación y fantasía. Es el Walter Scott gallego por su literatura de sentimientos patrióticos y recuerdos nostálgicos sobre Galicia”. Nace el autor en 1824 y muere en 1878 habiendo publicado entre otros los siguientes libros: Los Hidalgos de Monforte, El Arquero y el Rey, Ecos del Alma, su autobiografía, Los Reyes Suevos en Galicia, El Lago de Limia, Crónicas Galaicas, El Caballero de Calatrava, Ángel de mi Amor, Araceli-Recuerdos de Coruña, El Conde de Amarante, Horas de insomnio, Crónicas españolas, La Baronesa de Frige, Las Aureanas del Sil…. Algunos de sus libros y entre ellos Los Reyes Suevos en Galicia no son de historia propiamente dicha …si novela historica.
Los suevos, 30.000 individuos de los que solo 8.000 eran varones con capacidad para luchar, se concentran entre el Duero y el Miño, en la zona de influencia de Bracara Augusta (Braga). Llegaron en el año 409, nombrando rey a Hermerico (409-438), que firma un acuerdo con Roma en el año 410 por el que los suevos establecen su reino en la provincia romana de Gallaecia y aceptan al emperador de Roma como su superior. Hermerico cede el trono a su hijo Requila (438-448),que realiza campañas militares por toda la península solo posibles por la unión entre suevos y galaicos y la total independencia de Roma. Hermenerico, que según Benito Vicetto lucha en Torbeo ( otros le llaman Hermerico 409-441) es el primer soberano del reino que este pueblo bárbaro creó en la Península Ibérica, que duró desde 411 a 585. Dirigió a su pueblo desde el Rin hasta Gallaecia, donde sometió a la población y la ocupo, aceptando al Emperador como su superior (411). La parte occidental de la Gallaecia fue para los suevos, en tanto que la oriental correspondió a los alanos, dirigidos por su rey Gunderico. Enfrentados ambos, Hermerico fue derrotado por los alanos en los montes Nerbasos, en la actual provincia de León.
Los otros reyes suevos
Rochila, hijo (441-448)
Recciario, hijo (448-456)
Maldras (456-460)
Remismundo (460-)
A continuación el capitulo del citado libro de Vicetto en el que se refiere a Torbeo que debido a la dificicultad para leer con claridad el texto que manejamos puede tener errores.
XV
GENTTHAMUNDO EL ENVENENADOR
Aquella muerte repentina y traidora que recibiera Heurico II puso en la mayor consternación a sus tropas, las cuales se retiraron a Astorga. Entonces Genthamundo desdendio del Castro de Piedrafrita y se detuvo al pie de los muros de Lugo, cuyo bloqueo estableció con mas afán. Pero la guarnición sueva resistía y resistía como si tal cosa pues el Conde Neufilo hacia sus salidas en busca de ganado y los sorprendían hasta en el mismo campamento de los sitiadores. En este estado corrían los días desfavorablemente para Genthamundo, hasta que fingiéndose labrador y amigo de los suevos, se introdujo en la ciudad con ganados para ellos. Dos días después regreso Genthamundo al campamento sano y salvo y sonriéndose de triunfo. Al siguiente día supieron sus soldados con asombro que el Conde Neufilo acababa de morir envenenado.
El terrible fin de Heurico II y del Conde suevo Neufilo, lo atribuía el clero católico a castigos de Dios por sus doctrinas paganas y su resistencia a la realización de las aspiraciones sagradas de la atiligua católica. El pánico se difundió entre las tropas suevas que se hallaban en Lugo al acaecer la muerte del Conde Neufilo, pero reponiéndose estas luego de él, tomo el mando el conde Lupato que demostró igual valor que su difunto antecesor. Desesperado Genthamundo volvió a disfrazarse de labrador, y fingiéndose amigo de los suevos, les introdujo en Lugo muchas caballerías cargadas de vino de Avia. Dos días después regreso Genthamundo al campamento sano y salvo y sonriéndose de triunfo. Al siguiente día supieron sus soldados con asombro que el Conde suevo Lupato acababa de morir envenenado. Esta vez el pánico en la tropa creció tanto y tanto, que nadie quería tomar el mando de ellas y una noche en que los calaicos acometieron a Lugo con los suevos salieron de la ciudad y se internaron en las montañas de Caurel, con ánimo de unirse al ejército que se hallaba en Astorga. Gracias a esto Genthamundo entro en Lugo y se disponía ya a coronarse en su Catedral, cuando recibió aviso de que el principe Hermenerico avanzaba desde Braga con un lucido ejercito, ganoso de vengar la muerte de su hermano Heurico II y de los condes Neofilo y Lupato. Entonces Genthamundo hizo nueva llamada a los condados con objeto de reunir un poderoso ejercito de calaicos para oponerse a la invasión del príncipe Hemenerico; y el clero difundiéndose por las montañas, los valles y las marinas exaltaba a la vez con ans exaltaciones patrióticas, el espíritu religioso de sus habitantes para que respondieran a la excitación marcial de su caudillo. La actitud del país era imponente. Los dos sentimientos mas grandes que podían exaltarlo, de consumo para ello; el amor a la patria y el amor a Dios. Bajo estos dos sentimiento tan santos y sublimes toda Galicia palpitaba en una ebullición incesante y progresiva, que arremolinaba las ondas populares a los pies de sus condes; y jamás pueblo alguno vibró y se adhirió mas completamente que Galicia en aquella época para defender a su hogar y su Dios. Tal vez solo aquel día, aquel tan solo viéronse reunidos y amalgamados alrededor de Lugo, bajo las tiendas de campaña que formaban los castaños de anchas alas, los montañeses de la sierra segundera y los del promontorio Trilecum, los vallesanos del Rosal y los carcamones de las ásperas del Condado de Señeira. La concurrencia de calaicos fue tan numerosa que no se entendían entre si, de aquí una confusión que demoraba la organización que sedeaba Genthamundo para movilizarlos en son de guerra.