El progresivo abandono del cultivo del suelo y el avance del “monte” hacia los distintos núcleos de población de Torbeo son cada día más evidentes y hoy fácilmente medibles en las imágenes de satélite.-
Y no deja de ser preocupante, ya
que en la constante y continua pérdida de población de la parroquia está el
origen de este y otros problemas
planteados para la tranquila supervivencia de los pocos vecinos decididos a
seguir en sus casas, en su pueblo. Sin menospreciar también la evidente ruina de un valioso medio natural.
Como podéis ver en las imágenes, en
las últimas décadas desaparecieron el 90 % de los campos de cultivo de cereal,
de hortalizas o de pastos y la “Ribeira” de Torbeo ya es un bosque de zarzas y
retamas (enfrente, al otro lado del río, se han reestructurado y replantado las viejas
viñas dando paso a nuevas plantaciones con buenos accesos). Y si aún quedan
fincas, alrededor de las pequeñas poblaciones, limpias de maleza, es por los
esfuerzos de los pocos vecinos que pueden y se empeñan en seguir trabajándolas y por los rebaños de vacas que mantienen Pepe, el del Penedo, Anselmo por la zona de
Filgueiro o Laura en Moreiras de Medio. Y
decimos que “se empeñan” en seguir, porque lo hacen muy a pesar de las pocas
facilidades que les brindaron las administraciones, mas bien expertas durante
años en complicarles las cosas. La
emigración a las grandes ciudades fue la
opción elegida por los planificadores de la política económica y social y estos
son algunos de los perversos “logros”.