Un "retrato del cura de Torbeo” apreciado por “la propiedad de su colorido” adornaba la iglesia del monasterio de San Vicente del Pino en el siglo XVI.
Según el autor del libro “Los Benedictinos de Monforte” (año 1895), el “Ilmo. Sr. D. Antolín López Peláez”, los monjes de San Vicente fueron amantes del arte y “adornaron el templo con gran número de cuadros” y cita entre ellos “por la propiedad del colorido” el retrato del cura de Torbeo, del que se dice que había ayudado a la construcción de la iglesia. No sabemos si esta obra se conserva en la actualidad, el propio autor ya habla en 1895 de la desaparición de muchos de los cuadros.