Torbeo y su vinculación con La Casa de Amarante *

La tesis doctoral de Anastasio Santos Iglesias Blanco sobre la “La Casa de Amarante” (Departamento de Historia Medieval e Moderna -Área de Historia Moderna- Facultade de Xeografía e Historia de la Universidade de Santiago de Compostela, Noviembre de 2008) contiene notas referidas a Torbeo, al monasterio y la abadia y su relación con los distintos señores de esta Casa de Amarante y los Condes de lemos. A continuación reproducimos los  párrafos donde aparecen estas reseñas.-

 ...Lope Sánchez de Ulloa, por su parte, recibiría de su padre, Diego de Lemos, una mejora del tercio de todos sus bienes —otorgada el día 1 de noviembre de 1490— y, de acuerdo con la costumbre, también se había comprometido —el 1 de noviembre de 1493—a entregar a su futura esposa “en arras e dote de seu corpo” una cantidad de cuatrocientos florines, asegurando su pago con el coto y rentas de Sindrán, que serían cedidos por Diego de Lemos para cumplir con este objetivo. La mejora realizada por Diego de Lemos a favor de su hijo primogénito con motivo de su matrimonio incluía los siguientes bienes:
 .... 5º.- Todos los “gures de presentar e padronazgos que eu axo e me pertenezen” en San Pedro de Sindrán, Santiago de Gondibós, San Esteban de Refoxo, San Martiño de Arroxo, Santa María de Proendos y Santiago de Ribas, en los “monasterios” de Torbeo, San Clodio y Santa María de Abeleda, “e en todas las outras apresentaçiones que a mín me pertenezen en todas las tierras de Lemos e Caldelas”.
...Los señoríos y cotos jurisdiccionales sobre los que ejercían su dominio los señores de Amarante, la mayor parte herencia de la época medieval, eran los siguientes:
...En la diócesis de Ourense, el patronato de estos señores se restringía a un total de veintiún beneficios, la mayoría de ellos —diez— situados en la tierra de Caldelas y con mucho más valor que los curatos de la diócesis lucense, pero los señores no solían ser sus únicos patronos y esto provocó distintos pleitos —sobre todo, con los condes de Lemos— que finalizaron con concordias en las que se vieron obligados a renunciar a una parte de sus derechos. Los beneficios de esta diócesis eran los siguientes:….— Santa María de Torbeo, San Pedro de Alais y Santa Tecla —y los anexos de cada uno de ellos—, cuyo patronato también era compartido con los condes de Lemos y otros patronos de menor importancia, pero que, según la concordia realizada en 1650 entre don Juan López de Lemos y el conde de Lemos, fue cedido a los condes de Lemos, que se convertían, así, en los mayores patronos.
...En estos señoríos y cotos, el dominio que ejercían los señores se manifestaba, sobre todo, a través del nombramiento de jueces ordinarios, escribanos y otros oficiales que se encargaban del gobierno, la fiscalidad y la administración de justicia en cada uno de ellos, aunque el número de oficiales a nombrar y el sistema de nombramiento variaba de unos señoríos a otros e, incluso, entre las feligresías que componían cada señorío. Pero, además de elegir a estos oficiales, los señores también percibían una serie de derechos —en especie o en metálico— que debían pagar los vasallos anualmente “por razón de servicio de vasallaje y reconocimiento de señorío”, unos derechos que también variaban en función de cada jurisdicción y que sufrirían una importante reducción a lo largo de la Edad Moderna debido a la constante resistencia que presentaron los vasallos a la hora de pagar este tipo de derechos de carácter señorial….....En estos tres curatos, los señores de Amarante afirmaban que eran patronos de “la mitad y ochava parte del beneficio curado”, pero esta participación siempre fue discutida por los demás patronos, sobre todo, por los condes de Lemos. El caso de Santa María de Torbeo fue el más problemático, pues los condes de Lemos siempre habían defendido que eran “los mayores y más principales patronos de dicha abadía” y desde finales del siglo XVI, afirmaban que lo eran “in solidum”, lo cual provocó varios pleitos con los otros patronos, “que eran gran número, de más de quatroçientas personas”: entre estos pleitos destacaba el desarrollado entre 1584 y 1598, que finalizó con una sentencia en la que se declaraba a los condes de Lemos como patronos “in solidum", una sentencia cuestionada posteriormente —en concreto, en un pleito iniciado en 1624— sin mucho éxito-
  ... En el caso de los señores de Amarante, como ya se ha comprobado anteriormente, su patrimonio incluía el ejercicio del patronato sobre un considerable número de beneficios eclesiásticos, lo cual les permitía recaudar ciertos derechos de patronato y un determinado porcentaje de los diezmos en determinadas feligresías. Los derechos de patronato tenían un carácter simbólico y se restringían, básicamente, a un “jantar”, que consistía en una comida que los curas párrocos debían ofrecer todos los años a los patronos de sus respectivos curatos (526). Los diezmos, por su parte, proporcionaban unos ingresos considerables, que se obtenían con la percepción de la porción de frutos diezmales que los señores poseían en cada feligresía: esta percepción solía realizarse de forma indirecta, a través del arriendo de los frutos diezmales de cada año por una determinada cantidad en metálico, pero en algunas ocasiones se acudía a la administración directa, en cuyo caso los frutos eran recogidos en especie por los mayordomos de los señores y, posteriormente, se vendían según los precios que alcanzaban en el mercado.
(526 ) No obstante, es probable que este “jantar” fuera acompañado de una pequeña renta en metálico o especie, tal y como sucedía en Santa María de Torbeo, cuyo párroco debía pagar a los condes de Lemos tres moyos de vino y 500 maravedís: esto era, al menos, lo que alegaban estos condes para probar su patronato en los diversos pleitos que mantuvieron con los señores de Amarante y otros patronos durante los siglos XVI y XVII.
...1. Los primeros señores de Amarante: los “Noguerol”
  El linaje de Amarante, al igual que otros muchos de origen medieval, aprovecharía las circunstancias políticas de la Baja Edad Media para obtener importantes recompensas de manos de los monarcas castellanos y de los grandes señores gallegos de la época, a los que servirían con sus armas y hombres en los principales conflictos militares que afectaron al Reino de Galicia y, en general, a la Corona de Castilla, lo cual también les reportaría un considerable prestigio social.
Casa de Amarante
    * La torre de Amarante, en la tierra de Monterroso (Lugo) fue el ancestral solar de los Noguerol, la antigüedad de este edificio se remonta al siglo XIII y muchos de los miembros de la familia engrosaron las huestes de las principales órdenes militares castellanas a lo largo de la Reconquista, obteniendo, con ello, un reconocido prestigio, que les permitió disponer de numerosas encomiendas y otras muchas rentas. En tiempos de Enrique II, Fray Alonso Gutiérrez Noguerol fue comendador de Belvis en la Orden de Calatrava y en 1387 lo fue de Caravaca en la orden de Santiago, Fray Gil Rodríguez Noguerol, entre otros. 
De 1487 es el documento de confirmación dado por los Reyes Católicos de un privilegio concedido por Juan II a Ruy Fernández Noguerol, de las casas de Amarante y Reboredo 1, tierras que heredó de sus padres, García Rodríguez Noguerol e Isabel González de Montenegro. Estuvo casado con Leonor Díaz de Cadórniga y su única hija y heredera fue Isabel González Noguerol, que casó con Lope Sánchez de Ulloa y Lemos, señor de Ferreira y Sober, descendiente del linaje de los López de Lemos,  presente en otros célebres señoríos de Galicia 2. Ellos fueron los fundadores del mayorazgo de Ferreira y Sober, que está fechado en 5 de julio de 1512 3, que quedaría fusionado con Amarante a partir de este momento.

Información obtenida de Fundación Casa Ducal de Medinaceli

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